Este día de disfraces en la CIB no solo nos unió la diversión, sino que también reforzó nuestro espíritu de equipo y creatividad. Fue un recordatorio de que, incluso en un entorno científico, siempre hay espacio para la imaginación y la alegría. ¡Fue un evento inolvidable en el que la ciencia se mezcló con la magia y la aventura!.