Los CDC y sus socios han organizado esta semana para resaltar la importancia de la administración de antimicóticos, reducir la resistencia a los medicamentos antimicóticos y reconocer enfermedades fúngicas graves lo suficientemente temprano en el curso de la enfermedad de un paciente para brindar tratamiento, la Corporación para Investigaciones Biológicas participa activamente de esta concientización.
Algunas enfermedades fúngicas no se diagnostican y provocan enfermedades graves y la muerte. Una mayor conciencia sobre las enfermedades fúngicas es una de las formas más importantes en que podemos mejorar el reconocimiento temprano y reducir los retrasos en el diagnóstico y el tratamiento. Una pista clave para saber cuándo una persona enferma puede tener una enfermedad fúngica es que está recibiendo tratamiento con medicamentos para otro tipo de infección, pero no mejora.
Alentamos a los proveedores de atención médica y a los pacientes a “pensar en los hongos” cuando los síntomas de la infección no mejoran con el tratamiento. Cuanto más rápido los médicos puedan diagnosticar la enfermedad correcta, más rápido se podrá tratar a los pacientes de la manera correcta.
Es importante considerar las enfermedades fúngicas en el contexto de la pandemia de COVID-19 porque los síntomas de algunas enfermedades fúngicas pueden ser similares a los de la COVID-19, como fiebre, tos y dificultad para respirar. Para brindar la atención adecuada, se necesitan pruebas de laboratorio para determinar si una persona tiene una infección por hongos o COVID-19.
Confirmar el diagnóstico de infecciones fúngicas también puede ayudar a evitar la prescripción innecesaria de antifúngicos, lo que podría aumentar la resistencia a los fármacos antifúngicos .
Los medicamentos antimicóticos tratan las infecciones fúngicas eliminando o deteniendo el crecimiento de hongos peligrosos en el cuerpo. Los hongos pueden desarrollar resistencia a los antimicrobianos, cuando los gérmenes como las bacterias y los hongos desarrollan la capacidad de derrotar a los medicamentos diseñados para matarlos, lo que significa que los gérmenes no mueren y continúan creciendo. Actualmente, solo existe una pequeña cantidad de tipos de medicamentos antimicóticos, por lo que la resistencia puede limitar severamente las opciones de tratamiento.
La implementación de antígeno impactó significativamente en la detección de nuevos casos, tres veces más en comparación con los métodos convencionales, lo que ha hecho que este método cobre gran importancia en el diagnóstico de la histoplasmosis, escenario en el cual, la instauración urgente de la terapia antimicótica es necesaria para evitar la muerte del paciente o la aparición de complicaciones graves.